La ansiedad y la angustia son términos que a menudo se utilizan de manera intercambiable, pero en realidad describen estados emocionales diferentes. Ambas son respuestas naturales del cuerpo ante situaciones de estrés o amenaza, pero presentan algunas diferencias clave:
Ansiedad:
La ansiedad es una respuesta emocional que se manifiesta principalmente como preocupación, nerviosismo o inquietud ante situaciones futuras o inciertas.
La ansiedad puede ser causada por una amplia gama de factores, como el estrés laboral, las preocupaciones personales o los problemas de salud.
La ansiedad es más prolongada y puede durar semanas, meses o incluso años.
Los síntomas de la ansiedad incluyen tensión muscular, irritabilidad, dificultad para concentrarse, insomnio, fatiga y problemas digestivos.
La ansiedad se puede experimentar en diferentes niveles de intensidad, desde leve hasta incapacitante.
Angustia:
La angustia es una respuesta emocional más intensa y aguda que se manifiesta como un sentimiento de opresión, desesperanza o desesperación.
La angustia suele ser causada por eventos traumáticos, pérdidas significativas o situaciones extremas de estrés.
La angustia tiende a ser de corta duración, aunque puede repetirse o intensificarse en función de la situación y el individuo.
Angustia, síntomas: los síntomas de angustia incluyen dificultad para respirar, dolor en el pecho, mareos, náuseas y una sensación de desesperanza.
La angustia es generalmente más intensa que la ansiedad y puede ser abrumadora para la persona que la experimenta. Puede tener un impacto significativo en el funcionamiento diario y la calidad de vida.
A pesar de estas diferencias, la ansiedad y la angustia pueden estar relacionadas y, en algunos casos, pueden aparecer juntas en una persona que enfrenta situaciones difíciles o estresantes. Ambas condiciones pueden ser tratadas con terapia psicológica, medicación o cambios en el estilo de vida, aunque el enfoque del tratamiento puede variar en función de la naturaleza y la intensidad de los síntomas.
Si experimentas ansiedad o angustia de manera frecuente o intensa, es importante buscar ayuda profesional para recibir apoyo y orientación adecuados. Un psicólogo, terapeuta o médico puede evaluar tus síntomas y proporcionar recomendaciones específicas para mejorar tu bienestar emocional.
¿Qué es una crisis de angustia?
Una crisis de angustia, también conocida como ataque de pánico, es un episodio repentino e intenso de miedo o ansiedad extrema que puede durar varios minutos o más. Los ataques de pánico pueden ocurrir sin previo aviso y sin una causa aparente, aunque a menudo se desencadenan por situaciones estresantes o temores específicos.
Durante una crisis de angustia, los síntomas físicos y emocionales pueden ser abrumadores y difíciles de controlar. Estos síntomas pueden incluir:
Palpitaciones cardíacas o ritmo cardíaco acelerado
Sudoración
Temblores o sacudidas
Sensación de falta de aire o dificultad para respirar
Sensación de asfixia
Dolor o malestar en el pecho
Náuseas o malestar estomacal
Mareos, aturdimiento o sensación de desmayo
Despersonalización (sensación de estar fuera de sí mismo) o desrealización (sensación de que las cosas no son reales)
Miedo a perder el control o volverse loco
Miedo a morir
Sensaciones de entumecimiento u hormigueo
Escalofríos o sofocos
Las crisis de angustia y llanto pueden ser muy angustiantes y debilitantes, pero es importante recordar que no son peligrosas ni indican necesariamente un problema médico grave.
Frente a la crisis de angustia, ¿Qué hacer? El tratamiento de los ataques de angustia puede incluir psicoterapia, terapia de exposición, medicamentos ansiolíticos o antidepresivos y técnicas de relajación y manejo del estrés. Si experimentas crisis de angustia, es importante consultar a un profesional de la salud mental para recibir orientación y apoyo adecuados.
¿Cómo calmar la angustia y la ansiedad?
Calmar la ansiedad y la angustia puede requerir diferentes estrategias, dependiendo de la persona y la situación. Aquí hay algunas sugerencias generales que pueden ser útiles para reducir tanto la ansiedad como la angustia:
Respiración profunda: Practicar ejercicios de respiración profunda puede ayudar a calmar el sistema nervioso y reducir los síntomas de ansiedad y angustia. Intenta inhalar lentamente durante cuatro segundos, mantener la respiración durante cuatro segundos y exhalar durante seis segundos. Repite este proceso varias veces hasta que te sientas más tranquilo.
Mindfulness y meditación: Estas prácticas pueden ayudarte a enfocarte en el presente y a reducir los pensamientos negativos o preocupantes. Dedica tiempo cada día a practicar la atención plena, ya sea a través de la meditación formal o simplemente prestando atención consciente a tus actividades diarias.
Ejercicio físico: El ejercicio regular puede liberar endorfinas, mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés. Intenta realizar actividades físicas que disfrutes, como caminar, correr, nadar o practicar yoga.
Establecer límites: Aprende a decir "no" y a establecer límites en situaciones que contribuyan a tu ansiedad o angustia. Esto puede incluir limitar la exposición a noticias negativas, reducir el tiempo dedicado a las redes sociales o establecer límites en las relaciones interpersonales.
Hablar con alguien: Compartir tus preocupaciones y emociones con amigos, familiares o un profesional puede ayudarte a procesar tus sentimientos y recibir apoyo.
Manejo del tiempo: Organiza tu tiempo y establece prioridades para evitar sentirte abrumado por las tareas y responsabilidades.
Dormir lo suficiente: Un sueño adecuado es fundamental para la salud mental y emocional. Establece una rutina de sueño saludable y sigue hábitos que promuevan un sueño de calidad.
Dieta saludable: Una dieta equilibrada y nutritiva puede mejorar tu bienestar emocional. Reduce el consumo de alimentos procesados, azúcares y cafeína, y aumenta la ingesta de frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros.
Terapia: La psicoterapia puede ser efectivas para tratar la ansiedad y te ayudará a entender cómo sacar la angustia del pecho. Consulta con un profesional de salud mental para obtener orientación y apoyo.
Si estás teniendo alguno de los síntomas descritos, o conoces a alguien que necesite de acompañamiento y ayuda por este motivo, estamos aquí para ti. Somos un centro de psicoterapia formado por psicólogos especializados, principalmente formados en la Universidad de Chile y Universidad Católica. Tu presente puede empezar a cambiar hoy.
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